«Que sea mi equivocación, si ha de ser»
El último videoclip, publicado hace ya un par de meses y de una canción «Que Les Den» que publiqué por primera vez dentro de el disco FUERTE (2020), y luego remezclé en PROJECT (2022), es una declaración/reflexión sobre la pretensión de gran parte de la sociedad, y de su permanente bostezo, de condicionar y criticar a toda aquella persona que estemos dispuestos a mojarnos, a hacer nuestro propio camino y a tomar nuestras decisiones sin someternos a los estándares y a las convenciones.
Al parecer es incómodo que haya gente sin miedo a asumir los riesgos y desventajas que supone caminar fuera de la corriente principal y común, y por lo visto no es suficiente que se sientan incómodos sino que además procuran criticarnos y marcarnos como parias por el simple hecho de pensar libre y críticamente, y actuar en consecuencia. De eso habla Que Les Den.
«Busco en los resquicios de entre líneas las palabras que no quieren sonar»
Esas palabras son «valentía», «riesgo», «libertad», «dignidad», «responsabilidad»… y son expresiones como «adelante», «me la juego», «lo haré», «lo voy a intentar de verdad», «me comprometo»… o sea, son en general las palabras que procuramos no firmar, no siendo que nos saquen de nuestro confort.
Tengo la sensación de que hay una corriente social, y común a todo ciudadano, país y en última instancia humanidad, una esperanza social dentro de la que las personas confían en que haya siempre alguien superior que tome las decisiones por ell@s, alguien que asuma los riesgos y a quien luego poder culpar y criticar, alguien o algo magnífico, algún ente supremo al que se le presupone un criterio, una pureza, una sensatez y unos conocimientos que nos protege de nuestras imperfecciones, ignorancia y flaquezas.
Sin embargo yo sólo veo trepas y medradores llegando a los puestos de poder, aquí y allí. Personas de dudosa moralidad, de perversa ambición, desmedido ego y con la soberbia por bandera, aquí y allá.
Y son el fruto de una sociedad con cada vez menos ganas de responsabilizarse de sí misma, de comprometerse con las cuestiones importantes, una sociedad perezosa, caprichosa y pusilánime que sólo busca la comodidad, la despreocupación y finalmente el ocio y el entretenimiento como objeto de su existencia.
Llegando así al extremo último de anular el arte y la cultura del ocio y del entretenimiento, convirtiendo el «todo lo que distrae es bueno» y el «todo vale si entretiene» en el fango que masajea nuestros pies al volver del trabajo. No hay pensamiento, crítica, reflexión ni verdadero conflicto, sólo distracción.
Y saco ahora este videoclip, para el que no tenía un guión definido porque son sin más mis ideas y pensamientos, simplemente porque esta canción va a ser parte de mi repertorio en directo, y quiero dejar ya el terreno bien preparado para cuando por fin me plante en los escenarios.
Por primera vez, en este videoclip (el número 20 ya de Pablo Works) no cuento ninguna historia ni tiene hilo argumental, es simplemente una sucesión de imágenes cantando y contando lo que pienso.
Pronto lo contaré en directo 😉