Cuando luchas por algo con todas tus fuerzas y fracasas…
Si en una relación, en un intercambio de vida, de energías, de experiencias, una de las partes es incapaz de evitar hacerse daño a sí misma haciendo daño al otro… mientras la otra parte hace esfuerzos y sacrificios titánicos por mantenerse en pie, por mantener viva la esperanza, y fracasa intente lo que intente…
Es entonces cuando no duele mucho, es cuando…

No voy a especificar más detalles del significado de la letra de esta canción, y para no hacerlo tampoco visualmente, he utilizado, a la hora de plantear el videoclip, la difusa metáfora de un combate de boxeo, como asalto final, cuando el chico ya sabe de antemano que la cosa va a ser dura, que se avecina un capítulo con perspectiva poco halagüeña.
Para ella es diferente, porque toma consciencia de lo que hace en el momento en el que ve las consecuencias, pero acto seguido se le olvida, o sin más es incapaz de controlarlo, no es dueña de su voluntad. Hace daño, sabe que lo va a hacer y sabe que seguirá haciéndolo.

Para el rodaje el concepto era muy claro, y las escenas habitaban mi cabeza hacía casi un año.
De hecho la protagonista, sin ella saberlo, la tenía localizada desde entonces, sólo necesitaba encontrar el momento (tiempo, energía, mentalidad) en el que abordar todo lo que implica para mí rodar un videoclip. Si no lo hiciera así, sintiendo el momento justo, me resultaría una labor inalcanzable, y desde luego nunca conseguiría los resultados que suelo conseguir, y más habida cuenta mis escasos conocimientos técnicos y los ínfimos medios que utilizo (si supierais qué cámara amateur que puedes comprar por 300 euros es la culpable de estos trabajos…).

Llegado el momento me puse en contacto con Belén Peman, una pamplonesa melómana que tengo localizada porque es muy aficionada a asistir a conciertos, y que gracias a las redes sé que tiene una hija que boxea 😉
La cosa era tener la suerte de que a su hija Alazne le apeteciera ser protagonista de un videoclip, que no es algo a lo que todo el mundo se apunte. Y la respuesta fue por suerte afirmativa 🙂
No sólo eso, sino que en el mismo pack me llegó el gimnasio (en el que Alazne entrena) con el ring imprescindible para llevar a buen puerto la película que tenía en la cabeza.
Y de esta forma nos plantamos en Nafar Sustraiak, que dicho sea de paso nos dieron absolutamente todas las facilidades del mundo para el rodaje, y ahí mismo, de su gimnasio, Alazne nos consiguió también al protagonista masculino (aunque luego la cosa se complicó un poco).

Había una premisa importante para que los planos que tenía que rodar fueran viables, y más teniendo en cuenta que el techo del gimnasio no es muy alto, necesitaba que el chico fuera, o de su altura, o poco más alto que ella. Hasta mi 1,70 me podía apañar, pero más me hubiera complicado mucho los encuadres.
Huelga decir que la otra premisa fundamental era que supiera boxear. No era necesario que fuera un profesional, pero soy un gran aficionado a todas las artes marciales, y por ende al boxeo, y no se me ocurriría intentar rodar unas escenas de combate con alguien que no tenga claros los fundamentos pugilísticos y los movimientos integrados de serie en su cuerpo.
La gestión de buscar rival quedó en manos de Alazne, y de entre sus compañeros de gimnasio que cumplieran los requisitos el que se apuntó a la aventura fue el exitoso y prometedor Raúl Escudero. Un chaval majísimo y, en este caso, sí que se trataba de un boxeador profesional.

Para poder disponer del tiempo para preparar la iluminación y poder rodar de noche (necesitábamos oscuridad exterior porque el gimnasio es una pura cristalera) el rodaje debía ser en fin de semana, y el único fin de semana que tenía libre en el horizonte Pablo Líquido era el último de agosto. Así que me lo dejé sin conciertos expresamente para poder rodar este videoclip.
Y así las cosas nos presentamos, no sin incidencias, Belén y yo el sábado al mediodía en el gimnasio, con mi furgoneta repleta de focos, trípodes, telas y cables, dispuestos a convertir un gimnasio en un plató de rodaje.

Yo iba organizando focos y cables mientras Belén recomponía y adecentaba los tensores de las cuerdas del ring, pulía los espejos que íbamos a utilizar en el rodaje, tapaba con telas negras lo que no debía verse… y a las 18:00h, cuando teníamos ya todo listo (aunque el rodaje empezaba al anochecer), Raúl nos informa de que tiene un problema, que ahora no viene al caso explicar, por el que no puede venir a grabar.
Llegó Alazne, le explicamos el problema, y ahí nos tienes a los tres, exprimiéndonos los cerebros en busca de un chico que sepa boxear, que no sea muy alto, que le apetezca participar en un rodaje de última hora, y que tenga libre un sábado tarde noche… se antojaba una misión hercúlea.
Lo intentamos todo… y fue imposible ;-(
Aprovechamos esa noche para rodar con Alazne (con su pundonor, su paciencia y su fe) todo lo que podíamos rodar sin el chico, y de paso nos subimos al ring y fui grabando planos emulando el combate.
Como nunca hay mal que por bien no venga, y la vida retribuye habitualmente el esfuerzo y la tenacidad, viendo en casa esos planos que rodamos saqué bastantes conclusiones respecto a objetivos e iluminación, que me iluminaron (nunca mejor dicho) para hacer algunos cambios que luego fueron claves en el resultado final. Es decir, si hubiera rodado el combate ese mismo sábado por la noche hubiera sido completamente diferente, y peor, creo yo.
Así que esa noche recogimos buena parte del material, la que consideré que sobraba, y dejamos todo listo por si, con un poco de suerte, podíamos rodar el domingo por la noche.

Ya es domingo. En casa repaso todo lo que había rodado y descubro unas cuantas claves más.
Vuelvo a coger algunos focos de los que ya había recogido y me encamino de nuevo hacia el Nafar Sustraiak, porque las chicas habían encontrado ya un protagonista masculino!
Y ahí estamos de vuelta en el gimnasio, Alazne, Belén y yo, con todo listo para rodar, y recién informados de que el nuevo protagonista tampoco puede venir.
Un nuevo jarro de agua fría que no hace sino despejarnos y darnos más coraje.
Como última alternativa vuelvo a escribir a Alejandro.
¿Que quién es Alejandro?
El sábado, dentro de la vorágine de encontrar a última hora a un sustituto para Raúl, se me ocurrió llamar a mi primo, Victor Armisen, maestro de Jiu Jitsu, de Boxeo, kick boxing y de MMA, para ver si tenía algún alumno que reuniera las características que necesitábamos y que se apuntara a nuestra aventura.
Victor me habló después de alguno más, pero de entrada dijo maravillas de un chaval que era un encanto, y que le daba muy bien a todo, un tal Alejandro.
Le escribió, le pasó mi número, y éste me escribió a mí.
A Alejandro le gustó la idea, pero claro, era sábado por la tarde y había tenido comida, y con 21 años imagino que iba como Las Grecas, o sea, estupendo.
Siendo honesto, no se vio en condiciones de rodar esa noche, así que ahí quedó la cosa.
Pero llegado el domingo, y viendo que nuestro nuevo protagonista hacía bomba de humo y también desaparecía como por arte de magia (de magia negra), le volví a escribir a Alejandro.
El chaval no lo dudó ni un segundo, y la vida, señoras y señores, es de los valientes, los demás son sólo espectadores.
Esa valentía y disposición que mostró Alejandro la enmarcó luego en la simpatía, la educación y la actitud absolutas que trajo desde el primer instante.
Ese es Alejandro, nuestro Alejandro.

Lo demás fue coser y cantar.
Yo tenía claro como el agua lo que necesitaba, y con la maravillosa actitud, la entrega y la determinación de Alazne, de Alejandro y de Belén, en cuestión de tres horas habíamos rodado todo el videoclip, con todos los cambios de iluminación, de emplazamiento, con todos los detalles, todas las exigencias, y toda la interpretación dramática que me regalaron estos dos soles de chavales, de personas, confiando a ciegas en mis indicaciones y accediendo a todas mis peticiones sin escatimar ganas ni esfuerzo, pese a que ninguno de los dos habían tenido jamás una experiencia en el arte de la interpretación.
Espero sinceramente que para ell@s fuera una grata experiencia, y que de paso aprendieran algunas cosas, de la vida y sobre sus propias posibilidades, porque desde luego a mí me dieron una lección de generosidad y actitud.
Y siempre tomo buena nota de esas lecciones.
Insisto, por culpa de Belén, de Alazne y de Alejandro, esto fue coser y cantar.

Quiero dar las gracias a Nafar Sustraiak, que también hicieron un derroche de simpatía y generosidad, y que me encanta ese gimnasio!!! Su Instagram
Yo entreno en casa, pero me están dando unas ganas de volver a un gimnasio… El problema es el que ya podéis intuir, que me paso el día entero Working que te Working 🙂 y para mis actividades y aficiones deportivas dedico momentos aleatorios y/o repentinos, sin aviso previo.
Quiero darle las gracias de corazón a Raúl Escudero, y que sepa que lamento que no pudiéramos compartir esta aventura, pero que creo que más adelante haremos algo, y nos quitaremos esta espinita.
Mucha suerte con todo, campeón! Voy a estar bien atento a tu carrera 😉

Yo estoy trabajando ya en el siguiente rodaje, que comencé en junio en Tarragona y que corresponde a la canción ESCLAVOS.
Luego vendrá EL OBTUSO, BAJO LA PIEL… o cualquiera de las decenas de canciones que se me amontonan en el estudio.
La vida es de los valientes… y de los trabajadores 😉
Pablo Works